martes, 29 de noviembre de 2011

ARRAIGO ESTAR PRESENTES DESDE EL CUERPO

En las sesiones de Psicoterapia Corporal, manejar el concepto de arraigo, experimentar el arraigo, enseñar el arraigo, determinar si se esta en arraigo o no, evaluar, es algo fundamental, para facilitar procesos personales y grupales. Encontre este bello articulo sobre el "arraigo", el cual explica la dimension que tiene este concepto, y sobre todo su importancia. Muy propicio para todos los estudiantes de Psicoterapia Corporal, los pacientes, y para todas las personas que desean mas herramientas para sentirse mas conectados,focalizados, presentes y deseosos de lograr sus metas. de Zullymar Guerrero para www.terapiasmentecuerpoalma.blogspot.com. Arraigarse en el Ser Superior Por: Mtra. Ilse Kretzschmar Conferencia presentada en la Convención Internacional de Core Energética, en Konocti Harbor, California, en agosto de 2001. INTRODUCCIÓN Cuando conocí a John Pierrakos, en uno de los talleres de Trimurti, en los 80, me puso a saltar, a trabajar en el rodillo, a ejercitar mis músculos y mis pantorrillas; me puso a estirarme en una cama, a patear con fuerza y, así, pasaron muchas cosas más física y psicodinámicamente hasta que la sesión terminó. Podía sentir mi energía palpitar y mi cuerpo vibrar, podía ver claramente, mis oídos estaban totalmente abiertos y mi voz era plena y profunda. Sentía un gran equilibrio en mí mientras estaba parada de manera firme y flexible, respirando suavemente y, a la vez, estaba un poco temblorosa por todo el movimiento interno, sin embargo, sentía una gran satisfacción y una gran paz dentro de mí. “Te percibo más arraigada”, me dijo. Y, de hecho, así me sentía: podía sentir una fuerte conexión con el suelo, con mi cuerpo, con mis emociones, con mi ser interno y con lo que me rodeaba, podía sentir “el cielo en la tierra”, dándole igual importancia a la tierra que al cielo. A través de mis experiencias personales y de las de los estudiantes y, posteriormente, de los pacientes de Core Energética, me di más cuenta de la importancia del concepto de “arraigo” y de su aplicación en nuestro trabajo; éste es el elemento fundamental cuando se inicia un proceso terapéutico, ya que si no logramos entender completamente su significado y si no conseguimos vivir en su realidad, muchos o incluso todos los demás objetivos personales y terapéuticos no se podrán alcanzar, y tampoco se podrán desarrollar los aspectos más importantes de todos los niveles de la personalidad. Así pues, el objetivo de esta conferencia es ver el proceso de la Core Energética a la luz de los aspectos del arraigo. Asimismo, señalaré, por un lado, la importancia que tiene en nuestro trabajo la conexión con la tierra y con el mundo y, por otro lado, la forma en la que podemos alcanzar el arraigo en nuestro ser interno partiendo de ahí: abriéndonos a las dimensiones espirituales de nuestro ser superior. EL CONCEPTO DEL ARRAIGO: ¿A qué nos referimos cuando hablamos del arraigo?, ¿de arraigarse?, ¿de estar arraigado? Por lo general, cuando pensamos en este concepto nos imaginamos un árbol bien plantado, con un tronco derecho y fuerte, con ramas llenas de hojas, tal vez con flores y frutas retoñando, moviéndose suavemente de un lado al otro. Para empezar, el arraigo es encontrarse sobre este planeta en un intercambio energético con él, pararse y moverse en constante conexión con la tierra y con lo que nos rodea, tener tierra debajo de nuestros pies y sentir que pertenecemos a ella, a este mundo. Decimos que alguien está “con los pies en la tierra”, “bien arraigado” o “bien parado en la tierra”.El estar arraigado se relaciona con estar en la realidad, con estar presente en el “aquí y ahora”, con estar en contacto tanto con el mundo externo como con el ser interno. Dentro de la estabilidad hay flexibilidad y dentro del intercambio con los demás hay independencia. El arraigo está estrechamente relacionado con nuestra existencia como seres humanos sobre el planeta tierra y, como señala Walid Daw, “es tanto un estado como un proceso”1. Si echamos un vistazo a la literatura posterior a Reich que trata de las psicoterapias con una orientación corporal, podemos encontrar muchas descripciones de distintos niveles, facetas y componentes dentro del concepto de arraigo. En especial, Alexander Lowen, John Pierrakos, Stanley Keleman, David Boadella, Ron Kurtz, Ken Dychtwald y Anodea Judith, entre otros, han contribuido a definir el significado del arraigo y a señalar su papel esencial dentro de las terapias que abarcan al cuerpo; asimismo, han desarrollado formas, métodos y técnicas para mejorarlo a través de ejercicios prácticos.2 Es cierto lo que dice Walid Daw de que Reich nunca usó la palabra “arraigo”, pero que su trabajo se puede ver como ciertos “conceptos u objetivos del arraigo dentro de un entendimiento biológico-energético”. Reich quería reestablecer la conciencia acerca de las corrientes vegetativas en el cuerpo y de sus movimientos pulsantes naturales.3 El concepto de arraigo se introdujo al trabajo terapéutico corporal cuando Alexander Lowen y John Pierrakos crearon la Bioenergética; a diferencia de Reich, ellos dejaron atrás el trabajo en el que sus clientes permanecían únicamente recostados y empezaron a trabajar con ellos mientras estaban parados, haciendo énfasis en su realidad como adultos en el presente. El arraigo significa estar bien parado y en pleno contacto con la tierra.4 Sin embargo, cuando éramos niños y mucho tiempo antes de que pudiéramos pararnos, teníamos contacto con el mundo de muchas formas, las cuales nos prepararon para “aterrizar” en él, para arraigarnos en él y para movernos en él. Boadella señala que la primera experiencia de arraigo para el ser humano ocurre durante el parto natural cuando el bebé “entra” al mundo con la cabeza por delante5, más tarde él descubre muchas “tierras” en las que puede “echar raíces” mientras está acostado sobre el vientre de su madre, cuando lo cargan y cuando empieza a agarrar las cosas con las manos. Cuando chupa las cosas, el bebé se está arraigando a través de la boca; cuando mira la cara de su madre, se está arraigando a través de los ojos; cuando empieza a hablar, empieza a arraigar sus ideas; a través de todos sus movimientos, desde ponerse boca abajo, levantar la cabeza, pasar de gatear o arrastrarse a finalmente sostenerse en pie, el bebé experimenta un buen o mal contacto con la tierra física. Es muy importante ver qué es lo que pasa “cuando la energía fluye hacia fuera, hacia lo superficie del cuerpo y qué tipo de contacto encuentra ahí” 6. A lo largo de las últimas décadas, la ciencia ha empezado a observar de manera más atenta qué es lo que pasa durante el embarazo, por lo que, tal vez, podamos hablar de una etapa de arraigo prenatal, que iría desde el momento de la concepción hasta el nacimiento, periodo que podemos intuir influye fuertemente en el feto, de lo cual se dan cada vez más pruebas.7 John P. Conger, al igual que Boadella, hace énfasis en el principio del proceso de arraigo al momento del nacimiento. Él contribuyó a profundizar la comprensión del arraigo al explicar los cambios por los que pasamos con la edad, al crecer y al desarrollarnos. Afirma que “el cuerpo es el mejor vehículo para el ser atrapado en la particularidad del tiempo: el arraigo relaciona al ser con el movimiento del cuerpo, movimiento por movimiento”8. Así, él menciona la primera etapa en la que “nos arraigamos en el vientre de nuestra madre y nuestros cuerpos se hacen concientes al ser tocados con amor. Nuestro ego corporal primero se forma horizontalmente y a través del contacto con nuestros ojos y manos se despierta la parte superior de nuestro cuerpo. No nos contraeremos a la vida si nuestro cuerpo es bien recibido y apoyado”9. “Mientras que la primera etapa de desarrollo es horizontal, la segunda es vertical y es en donde se despierta la parte inferior del cuerpo. Aprendemos a gatear, a pararnos y a caminar, y desarrollamos los límites y el territorio. Aprendernos a defendernos solos, a defender una naturaleza y una identidad distinta a la de nuestra madre”10. “El tercer nivel de arraigo tiene que ver con las relaciones íntimas y con nuestra sexualidad. […] éste es el momento en el que el niño busca la posesión exclusiva de uno de los padres […] y debe encontrar la manera en la que el amor perdure sin ser el propietario exclusivo del padre adorado o, incluso, sin controlarlo”11. “El cuarto nivel de arraigo se relaciona con salir del núcleo familiar hacia el mundo exterior para establecernos entre los demás. En el quinto nivel de arraigo, en la adolescencia, vamos de lo concreto a lo abstracto […] [y] se despierta un fuerte mecanismo de rebeldía de nuestra naturaleza”12; “mientras que la quinta etapa de arraigo se trata de expandirse, de tener una visión, salir adelante por uno mismo, la sexta etapa, que tiene lugar en los inicios de la adultez, representa la limitación y la restricción de la realidad. […] Tenemos que ganarnos la vida y trabajar por una vida digna. Ese es el momento en el que tenemos que aceptar nuestras limitaciones y construir nuestra vida”13. “En la séptima etapa, después de estar caminando muchos años sobre este planeta, en ocasiones nos alejamos de él y de los asuntos de este mundo. Una vez que encontramos nuestro equilibrio en el mundo, empezamos a buscar nuestra relación con una naturaleza superior. Finalmente, cuando incorporamos a nuestra vida nuestra naturaleza espiritual, se establece nuestro arraigo por completo”.14 Karlfried Garf Dürckheim, filósofo, psicólogo y líder espiritual alemán, relacionó más esta última etapa del arraigo con la madurez. Él habla de que el ser humano, gracias a la integración con su ser esencial y en unión con el mundo supranatural, alcanza la madurez, la cual es la aceptación conciente del ser, la manifestación de éste en el mundo, la fe en la trascendencia descubierta, el progreso interno a pesar del sufrimiento y el testimonio de la existencia de un ser superior. Alcanzar esto “permite que haya transparencia” y “esta transparencia siempre se expresa de alguna forma”.15 EL ARRAIGO EN LA CORE ENERGÉTICA En la Core Energética buscamos establecer un contacto profundo con la tierra en todos los niveles de la personalidad. John Pierrakos escogió el símbolo de una pirámide para mostrar los niveles de la personalidad en capas, en la que el cuerpo es la base para el desarrollo de los otros aspectos. Si no se tiene una conciencia clara y sin el fortalecimiento del flujo de energía en el cuerpo, resulta imposible que haya arraigo en los demás niveles y, por lo tanto, permanecerán débiles y distorsionados. La base de la Core Energética es el trabajo con el cuerpo, el arraigo en nuestro ser corporal, el volver a contactar con una respiración más profunda, con nuestra vibración, con nuestra vitalidad, con nuestra sexualidad, con nuestro estar y movernos sobre este planeta y con el saber que vivimos en este cuerpo. Entre más seguros nos encontramos al arraigarnos en nuestro cuerpo, más podemos desarrollar la expresión y la conciencia emocional. Jerry Nabb también señaló que “el arraigo a nivel físico proporciona seguridad y que con esta seguridad podemos rendirnos ante las emociones profundas y dejarlas que fluyan”.17 Ahora vamos a pasar al segundo nivel de la personalidad. Pierrakos fue un gran terapeuta y maestro y, así, logró demostrar cómo es que la gente se siente más viva cuando sentimientos que habían estado estancados en el cuerpo por años finalmente se liberan y el movimiento pulsatorio de la fuerza de la vida empieza a pasar otra vez y, así, también crea una conexión más profunda con la verdad y la realidad propias. Para mí, en el nivel mental el arraigo se lleva a cabo sobre todo cuando logramos entender quiénes somos, cuáles son nuestros patrones destructivos, cómo nos traicionamos a nosotros mismos (una pregunta que John hacía constantemente), y a qué imágenes nos aferramos. Se trata de llegar a comprender, a aclarar y a conectar las preguntas y las repuestas que nuestro cuerpo y nuestros sentimientos nos hacen. Para poder cambiar tenemos que entender, pero el hecho de sólo entender no provoca ningún cambio; la mente tiene que estar conectada con el resto del cuerpo, tiene que abrirse como parte del cuerpo y tiene que participar en una integración profunda con él. A veces Pierrakos hacía que gente que era muy arrogante se arrodillara y pusiera su frente en el piso; en una ocasión, un estudiante se paró después de eso y se quedó sin habla por unos instantes y luego dijo: “Gracias, eso es lo que siempre había estado evitando, quedar con la cabeza sobre el piso, qué desconectada ha estado de la tierra”. El aspecto de la voluntad tiene una relación dinámica muy importante con los otros niveles. La parte activa de la voluntad exterior casi siempre empuja hacia delante dejando atrás los sentimientos, las sensaciones corporales o los pensamientos sutiles. Esta voluntad exterior debe entrar en equilibrio con la voluntad interior, es decir, la voluntad del corazón, la cual ayuda a dirigir la fuerza de la voluntad con amor, con comprensión y con fuerza interna para saber cuándo está bien luchar o cuándo es momento de rendirse. La Core Energética busca la integración de los dos aspectos de la voluntad, y a medida en que ésta se desarrolla, se abre la puerta a la identificación de la persona con el ser interior, que es el lugar desde el cual la gente encuentra cada vez más la verdadera afirmación positiva de la vida, del amor, de la verdad y del ser superior.18 El maestro Eckhart, conocido como el místico alemán más importante, afirmaba que “la voluntad es muy hábil y todas las virtudes se encuentran dentro de la voluntad cuando es acertada”. Él también decía que “todo el amor se encuentra en la voluntad, quien tiene más voluntad también tiene más amor. […] La voluntad está completa y es acertada cuando el ego no la limita, cuando se libera desde la propia voluntad y cuando se forma y se establece dentro de la voluntad de los Dioses”19. Aquí se puede ver claramente cómo es que esta voluntad “acertada”, esta voluntad integrada, busca la conexión de uno mismo con el core (núcleo) interno y busca que uno sea cada vez más receptivo para, así, unificarse con las fuerzas divinas o superiores. Antes de empezar a hablar del nivel espiritual y de su lugar en el arraigo, sólo quiero mencionar la compleja relación que existe entre las diferentes capas de la personalidad y cómo las estructuras de carácter están profundamente relacionadas con la forma en la que nos abrimos paso en la vida, en la que nos encontramos y nos movemos sobre este mundo, con todas nuestras distorsiones y con cuánto y cómo nos hemos involucrado con la vida. Entonces, tal como abrimos nuestra visión hacia los niveles de la personalidad, tenemos que ver los distintos sistemas de defensa, la forma en la que éstos se relacionan con la tierra, los puntos en los que cada estructura tiene ciertas deficiencias y necesita encontrar una conexión más fuerte y auténtica para arraigarse por completo. Podemos ver y sentir las distintas formas de lucha que existen con la tierra en cada una de las estructuras: en la personalidad fragmentada hay un tenue contacto con la tendencia a meterse y salirse de la mente; en el carácter descargado hay un soporte frágil y se aferra a otro ser; en la personalidad con mucha carga desproporcionada hacia la parte superior del cuerpo, los pies y las piernas son muy ligeros en comparación con el tremendo peso y energía que llevan en la parte superior; la persona sobrecargada tiene una postura muy pesada, pero a la vez algo flácida, y el carácter rígido tiene una postura extremadamente sólida, es como una especie de postura externa en la que hay muy poca participación interna. En todas estas y en muchas más formas individuales de defenderse de la gravedad y de su realidad física y psicológica resulta muy obvio que entre más tiempo vive una persona en la neurosis menos “tierra” ha encontrado, menos arraigado está. Desde la máscara hay una falta de arraigo, simplemente hay una relación distorsionada con la tierra en sus distintas expresiones. Cuando se trabaja para asumir, expresar, liberar y entender los sentimientos que habían estado contenidos por tanto tiempo, detrás de la máscara en el ser inferior, la relación neurótica con la tierra empieza a sacudirse, la energía empieza a moverse, a cambiarse de lugar, a buscar una nueva fuerza en este abrirse hacia una verdad más profunda, hacia una realidad que rompe el viejo sistema de defensa, lo derrite y lo disuelve paso a paso. Trabajar con el ser inferior significa meter nuestros pies y nuestras piernas al suelo, respirar profundo, conectarse tanto con la tierra como con nuestro ser interno. Hacernos concientes ayuda a tener valor y, así, revelar lo que está ahí para que los bloqueos físicos, las emociones contenidas, las imágenes estancadas y los desvíos de la voluntad puedan rendirse y, entonces, la verdad oculta se abra paso. En este proceso de transformación de la Core Energética también tomamos en cuenta el sistema de chacras, su disposición interna, su relación con nuestras necesidades y defensas, y aprendemos a cómo reestablecer el equilibrio. 20 EL ARRAIGO EN EL SER SUPERIOR ¿Qué significa el arraigo en el nivel del ser espiritual y cómo aprendemos a anclarnos más en este espacio interno de nuestro ser superior? Desde el ego, sobre todo desde su parte conciente, así como desde la máscara o falsedad cuando surge en ciertos momentos, hay una falta de “ser” y, al mismo tiempo, hay un anhelo por alcanzar el ser superior, el alma, el “ser auténtico”, la “esencia”, la “realización”, la “iluminación”. El ser humano pierde estas dimensiones de abertura, de luz, de unidad, del “ser integrado” y quiere encontrarlas, quiere alcanzarlas. El arraigo espiritual significa estar completo, conseguir la totalidad, tener el valor para confrontarnos a nosotros mismos, confiar en nuestro ser interno, ser capaces de mostrarnos a nosotros mismos, alcanzar la parte divina que está dentro de nosotros. Susan Thesenga afirma que “cuando nos ponemos en contacto con nuestro ser superior, podemos expandirnos hacia el infinito. El ser superior, o la divinidad individual, es nuestra ventana al cosmos, al Todo”.21 El arraigo en este lugar de vitalidad espiritual representa el “despertar de nuestra identidad más profunda como Ser”22, cultivar nuestras cualidades y entender con amor y compasión nuestras limitaciones y las de los demás. Creo que en este punto es muy importante estar desde un lugar de verdad. La mayoría de los seres humanos luchan por llegar al nivel más alto de su ser, pero es muy fácil conformarse con el ser, es decir, idealizarse y convencerse de que ya se logró alcanzar este nivel superior del ser. Desde un punto de vista conceptual, esto suele ser verdad, se logra entender bien y se anhela, pero resulta esencial no engañarse a uno mismo. Estamos más cerca de lograrlo cuando asumimos en todo momento dónde estamos y quiénes somos. Si uno lo hace desde la máscara o desde el ser inferior, esto tiene mucho más valor para el crecimiento personal que si se falsifica una supuesta actitud de ser superior. Cuando hablamos de arraigarse en el ser superior no nos estamos refiriendo a una idea abstracta sino a una conexión divina o cósmica que sentimos en la pulsación de cada célula. Buscamos experimentar nuestra propia esencia, sensibilizarnos con el núcleo (core) más interno de nuestro ser, ser testigos del nacimiento de nuevos elementos de conciencia, estar más concientes de que hay algo más allá de este ego, más o menos, funcional. Encontrar el terreno espiritual propio en esta esfera de luz en la que las sombras ya no la obscurecen significa abrir una puerta al centro más interno de lo que somos realmente. La condición más importante para llegar al nivel del core más interno de nosotros mismos y para encontrar cada vez más nuestro verdadero hogar, es haber trabajado mucho con los otros niveles de la personalidad y seguir trabajando con ellos. John Pierrakos decía que “no se puede engañar a la vida. No puede saltarse el ser inferior y llegar directo al ser superior”23; sin embargo, una vez que nos asomamos y nos familiarizamos más con este estado y podemos diferenciar de manera más clara cómo es que nos movemos dentro de cada una de las capas de la personalidad y a través de ellas, podemos sentir más este espacio interno de esencia que se hace conciente y se manifiesta energéticamente cuando se trabajan nuestras negatividades, cuando sanan nuestras heridas y cuando nos volvemos más perceptivos. Después tenemos que alimentarnos para fortalecernos, para expandirnos, para profundizar en nuestra conciencia, para energetizarla y para disfrutar esos momentos fructíferos o esas etapas satisfactorias. John Welwood dice que “darse cuenta es pasar de la personalidad al ser—yendo hacia la liberación de la prisión del ser condicionado. La transformación significa recurrir al darse cuenta para poder penetrar en los densos patrones condicionados del cuerpo y de la mente para que lo espiritual pueda integrarse en lo personal y en lo interpersonal y, así, la vida personal se convierta en un recipiente transparente de la verdad primordial y de la revelación divina”24. Dürckheim afirma también que “arraigarse en el ser esencial no se opone a las exigencias del mundo, al contrario, esta condición permite satisfacer dichas demandas en una forma adecuada. Sólo por medio del contacto con el ser podemos percibir la verdadera esencia del mundo”25. Echar raíces en nuestra esencia no significa para nada que el ser humano tenga que dejar atrás lo terrenal o terrestre, en palabras de Dürckheim, es “la manifestación de la vida supra-natural en la individualidad al estar presente en este cuerpo terrenal”26. El guía espiritual de Eva establece que “aquél que toma la decisión conciente y deliberada de vivir su vida con el objetivo primordial de activar el ser real o superior y se compromete con esto verdaderamente puede encontrar paz genuina por sí mismo”27. John Pierrakos afirma, en el capítulo “Centrándose en el ser superior” de su libro Core Energética, que “en la tercera etapa del tratamiento el ego creativo, como opuesto al ego limitado de la voluntad, empieza a valorar el potencial del core”28 y que “la conciencia interna, el core del ser humano, necesita concentración y trabajo para activar todo su potencial para moverse en fuerza y armonía con la realidad exterior”29. Él hace énfasis en que en esta etapa practicar la meditación es fundamental, ya que nos ayuda a reorientar la conciencia y la intencionalidad de lo negativo a lo positivo30.Él continúa diciendo que “en esta tercera etapa del trabajo, centrarse en el core da la preparación para llegar al objetivo final de la Core Energética, el cual se descubre en la etapa final. En pocas palabras, lo que la Core Energética busca es ayudar a los seres humanos a liberar su core”31. Para trabajar directamente con la conciencia, Pierrakos propone un proceso de meditación en el que 1) “el primer enfoque busque generar ideas claras de la verdad interna. Éste es principalmente el trabajo del ser perceptivo, que confronta la negación agobiante de la máscara y evalúa de manera objetiva a la persona que está detrás de ésta”; 2) el segundo enfoque permita “que el calor y la suavidad del movimiento del amor fluya a través de la mente y plasme en el core las ideas de la persona desarrollada, satisfecha e integrada que se visualizó en el primer enfoque”32. Ahora, en lo que se refiere a lo externo, 3) “el tercer enfoque se centra en hacia dónde quiere ir la persona”. La pregunta principal es “¿cuál es mi tarea como ser?”33 Pierrakos hace énfasis en la opción que tenemos al comprometer nuestra conciencia con “el funcionamiento de la intencionalidad positiva”34, de “buscar lo mejor entre las alternativas que podemos percibir” 35; 4) el cuarto enfoque, que va tanto hacia lo externo como a lo interno, tiene que ver con confiar en el “principio unificador y creativo que los seres vivos buscan conseguir”36. Éste es un proceso valioso, ya que ayuda a que la persona permanezca abierta hacia su verdad interna, evoque las cualidades del ser superior y elija hacia dónde quiere ir y qué es lo que quiere alcanzar. Yo nunca tuve la oportunidad de estar con John viendo cómo dirigía este proceso a manera de práctica espiritual estructurada, sin embargo, estos pasos estaban presentes en diferentes partes de sus enseñanzas y estaban vivos y latentes en su presencia amorosa y confrontadora. Esto se puede trabajar de manera conciente en una actitud interna meditativa cuando se lleva a cabo como una práctica de meditación. Otro método de meditación, que es muy afín con la terapia core energética es la meditación con las tres voces, como la describe Eva Pierrakos 37. En este proceso, el ego conciente activa tanto al ser egoísta y destructivo como al ser supra-conciente y universal, y se da cuenta de la interacción constante que existe entre estos tres niveles: el ego conciente acepta y entiende los lados oscuros del ser, apoya que estas partes oscuras se hagan concientes y toma el papel de observador gentil sin juzgar. Al mismo tiempo, éste le pide ayuda a los poderes superiores para “reeducar” al ser destructivo y que lo apoyen para que su transformación se realice de manera firme y amable. Esto se lleva a cabo gracias al diálogo activo que entablan las distintas partes del ser en el que confiesan y definen sus motivaciones y objetivos, lo cual tiene un tremendo impacto de integración si la persona está comprometida con un crecimiento verdadero y profundo. Algo que ayuda a desarrollar la actitud meditativa del observador interno es preguntarse a uno mismo, en cualquier situación difícil: ¿cómo están interactuando los distintos aspectos de mi ser aquí?38 Esta meditación conduce lo humano, con sus problemas, estructuras condicionadas, identificaciones erróneas y trabajos en su proceso de transformación, hacia un terreno espiritual para alcanzar lo que está más allá de la lucha y el sufrimiento en las raíces y en el core de la existencia humana. Otro proceso poderoso para ir hacia este nivel del ser verdadero es orar, el cual es el punto central de la meditación cristiana. Orar evoca la presencia de la divinidad y puede evocar amor, serenidad, gratitud, adoración, inspiración, entrega y orientación. Se puede llevar a cabo de manera individual y puede ser realmente útil si la persona que lo hace y cree en ello entiende, al mismo tiempo, la responsabilidad que tiene dentro de su proceso de crecimiento y está dispuesto a rendirse ante la voluntad de Dios. Si miramos a nuestro alrededor aquí y ahora, podemos ver que hay muchas enseñanzas espirituales y se ofrecen muchas prácticas de meditación. El occidente se abrió al oriente y a muchos buscadores de ambas culturas les atraen los distintos caminos que los gurús, guías y maestros de las diferentes disciplinas espirituales ofrecen. Yo estoy de acuerdo con Pierrakos cuando reiteraba que no hay desarrollo espiritual posible cuando éste se aísla de las dimensiones humanas del cuerpo, las emociones, la mente y la voluntad. 39 Al menos esto parece ser cierto para la gente de nuestra cultura occidental. John Welwood dice que “en los caminos tradicionales de Asia, una opción viable y aceptable para un yogui era buscar la liberación o el desarrollo espiritual como un fin en sí mismo, vivir puramente como un universo impersonal, sin tener mucha vida personal o transformar las estructuras de esa vida”40. Si las personas de la cultura occidental descuidan su vida personal y sólo viven para buscar la iluminación o la realización, por lo general fracasan. “Esos intentos por alcanzar la trascendencia prematura refugiándose absolutamente en lo impersonal para evitar enfrentarse a la psicología, a los problemas personales, a los sentimientos o a la vocación de uno mismo llevan a la negación”41. Así como mucha gente de occidente han recurrido a tradiciones orientales en busca de la iluminación, la cultura oriental se ha dado cada vez más cuenta de las aportaciones que la psicología y algunas escuelas psicoterapéuticas occidentales pueden proporcionar a su desarrollo. Yo creo que la Core Energética, con su visión integradora del humano y de la esfera espiritual, puede ser una de las bases dentro de este acercamiento entre el oriente y el occidente. La Core Energética puede iluminar las prácticas espirituales con sus principios prácticos fundamentados y con sus maneras de realizar el trabajo personal en todos los niveles de la personalidad, y, a su vez, esta corriente puede profundizarse al abrirse a prácticas espirituales que toquen el corazón del trabajo core de maneras muy sutiles y profundas. Meditar es un medio para crear las condiciones necesarias para fortalecer directamente al ser superior. Tal vez algunas veces lo hayamos hecho: al ver luz en los ojos de nuestro amado o amada, al conmovernos con la belleza de la naturaleza, al sentir la mano de un niño entre las nuestras, al sentir que la gracia de Dios ha tocado nuestra alma, pero para que uno pueda convertirse realmente en una persona, que esté presente en la realidad, en contacto con el core y deje que brille su luz, se necesita encontrar una manera, un camino para practicarlo, incluyendo una disciplina que lo sustente, para poder llegar cada vez más profundo como ser humano, para escucharse internamente y para dejarse encontrar por el ser interno en una actitud de serenidad, de placer, de amor y de paz. Centrarse más en nuestro ser superior a través de meditaciones que desarrollen una actitud de conciencia, de auto-reconocimiento y autenticidad facilita, al mismo tiempo, una conexión interna de arraigo con la tierra. Desde mi experiencia puedo decir que estoy de acuerdo con Claudio Naranjo, psiquiatra y maestro espiritual chileno, cuando recomienda particularmente que “al principio de la tarea del reconocimiento se concentre la atención en el vientre, tal como lo describe Dürckheim en su libro Hara”43. “Esencialmente, la práctica consiste en mantener, durante la vida diaria, prestar atención a un punto dos dedos debajo del ombligo al tiempo que se mantienen el abdomen y los hombros relajados, el eje corporal alineado con la gravedad y la respiración conciente”44. Dürckheim se refiere a la adultez como una etapa en la que existe un origen doble, uno es celestial y el otro, terrenal. La lucha entre los dos se traduce en volver a querer encontrar el ser esencial, en atraerlo e invitarlo y en manifestarlo en la vida. Él dice que hay que ser claros con nuestra presencia intemporal y dar un testimonio de la existencia de ésta en la tierra. Para él, la meditación está profundamente relacionada con el cuerpo. “La manera en la que una persona está presente en su cuerpo muestra cómo es como ser humano, como persona, en el mundo”45. “Cuando se trata de la transformación del ser humano hacia su ser interno, el cuerpo, como unidad de expresiones en los que se refleja su humanidad, es un medio en la transformación de la persona”46.La meditación, como práctica transformativa, no puede dejar de lado la forma en la que estamos presentes en este mundo”47. Para Dürckheim, lo primero que tenemos que aprender en la práctica de la meditación a través del cuerpo es la capacidad de soltar, de rendirse…de ponerse en contacto con el ser que realmente somos, tenemos que interpretar lo que se nos pone enfrente: el ego, que quiere conservar su lugar y mantenerse a sí mismo. Tenemos que crear lo que permite que tengamos este sentimiento y declara que: “la transparencia del cuerpo es como un instrumento que se puede “afinar” para percibir otra dimensión en la percepción del cuerpo”48. “El cuerpo que constituimos se hace conciente al trabajar tres niveles: la postura, la respiración y el sistema de tensión y relajación”49. La postura o actitud significa anclarse en el centro de gravedad correcto, y es correcto cuando nos liberamos de las contracciones en la parte superior del cuerpo sin llegar a perder el centro. Entonces, se trata de encontrar un nuevo centro que conecte al mismo tiempo el cielo y la tierra. Cuando estamos sentados, en la forma en lo que lo hacemos aquí, ésta postura se ocupa de lo vertical, a lo cual sólo se puede entrar cuando la fuerza se concentra en el vientre y puede ir fácilmente desde esta amplitud pesada hacia lo alto sin perder sus raíces. Así pues, el concepto del Hara se refiere a un estado del ser humano en el que ya no es víctima del ego, sino que está abierto y es libre para actuar desde su centro.50 Estar en el Hara es estar arraigado. Esta “meditación a través del cuerpo” es un medio fuerte y sutil para abrir y profundizar nuestra conciencia, crear las condiciones energéticas que nos dejen acercarnos a la tierra de nuestro ser interno, y al mismo tiempo nos permite estar conectados con este mundo. En la Core Energética, hacemos énfasis en desarrollar un medio personal espiritual arraigado para relacionarse con la vida y para rendirse ante el absoluto desde dentro, pues necesitamos integrar nuestra “naturaleza superior”, lo “que va más allá de lo humano” o lo “supra-natural” en una “expresión individual de la verdadera naturaleza”, la cual “es la única forma en la que cada uno de nosotros podemos fungir como medio para expresar sabiduría suprapersonal, compasión y la verdad de la naturaleza absoluta verdadera”.51 Otro método de meditación muy antiguo que puede ayudarnos para abrir y ampliar nuestra experiencia del core es “desarrollar nuestra capacidad para experimentar el momento sin conceptualizarlo ni juzgarlo”52. Esto se puede hacer “practicando la meditación vipassana […] poniendo especial énfasis en estar conciente de las sensaciones y emociones”53. Existe mucha literatura que describe esta práctica de meditación tan difundida y que se usa en el Budismo y en el Sufismo, por lo que sólo quiero hablar de lo que he experimentado y de lo que considero muy valioso para el desarrollo de las etapas finales de la Core Energética. En esta meditación se relaja el cuerpo profundamente, sobre todo la lengua, la cual está más conectada con los diálogos internos de lo que creemos; también se pone atención en la respiración, en la tensión de los músculos y se hace la pregunta: “¿qué es lo que estoy experimentando?”54. Además, se trata de “estar concientes de la vida diaria en una actitud neutral para hacer espacio a lo que está ahí y, de manera aún más profunda, es una actitud para no tomar ni rechazar nada –una actitud de abertura y ecuanimidad no dependiente”55. Lo que suele surgir de manera espontánea con esta práctica es la auto-aceptación y aumenta la veracidad y transparencia para con uno mismo y con los demás: es muy útil para crear este espacio interno de ausencia de movimiento, de más vacío, de simplemente estar con lo que está ahí. Este método nos prepara para la etapa más profunda, la cual se centra en el desarrollo y la cultivación de las cualidades del core, de las cualidades del Cristo o del Buda interno, de las virtudes como el amor, la compasión, la ternura y la sabiduría. Aquí es apropiado practicar el Shamata poniendo énfasis en la tranquilidad de la actitud del cuerpo y de la mente. En este lugar podemos lograr estar unidos y compenetrar con el absoluto. Quiero mencionar otra forma de meditación desarrollada por Claudio Naranjo en la que el oriente y el occidente se unen: la meditación en relación o meditación interpersonal. Ésta es un puente entre la meditación tradicional y los ejercicios terapéuticos56. Me tomaría mucho tiempo explicar de manera profunda los conceptos, significados y procedimientos, pero la idea general es: cómo estar con otra persona y mantener y actuar desde el estado de la mente, desde el centro, desde el contacto que hemos encontrado dentro de nosotros, desde la espontaneidad, desde la concentración original que hemos logrado57. A veces, esto puede salir de manera natural, pero por lo general es muy difícil hacerlo en la vida diaria. Entonces, practicar la meditación e incluir, hasta cierto punto, a otra persona nos permite aprender a desarrollar la aceptación, el valor, la compasión, la vulnerabilidad; nos ayuda a estar bien parados en nuestra tierra, a ser verdaderos frente al otro y durante el intercambio con él. Asimismo, busca la conexión con la energía universal y que podamos reconocerla y percibirla dentro de nosotros mismos y dentro del otro. El ser está totalmente expuesto: cómo me transmito energéticamente, desde el subconsciente, desde la conciencia; cómo recibo lo que la otra persona me está mandando; cómo integro las sensaciones, los sentimientos y los pensamientos que van y vienen durante la experiencia de meditación58. Todos los ejercicios buscan que se compartan experiencias, que haya una retroalimentación honesta con la pareja y que se integre el proceso de aprendizaje de manera conjunta. Existen muchas otras formas de meditación. En todas las tradiciones espirituales hay métodos para practicar, para confrontarse a uno mismo, para trabajar en la introspección, para modificar creencias falsas con el objetivo de sanar la separación que existe con Dios o con el infinito y, así, conectarnos con las fuerzas divinas, para encontrar el camino de regreso a casa. Pienso que algunas de estas prácticas, especialmente las que mencioné, pueden ser de mucha ayuda en el camino para conectarse con el core, para centrarse ahí, para fortalecer nuestra confianza mientras nos encontramos ahí, para llegar más profundo en las fuerzas superiores, para anclarse ahí, para ser más transparentes, para trascender y para integrar la conciencia que se está desarrollando a nuestra vida diaria. Tal como lo han dicho grandes maestros, no es una cuestión de “cuándo y qué tan rápido” se puede llegar ahí o de alcanzar un objetivo, sino que es más una cuestión de “estar en el camino”, hacer del camino el objetivo permitiendo ir cada vez más profundo en este proceso de estar arraigado en nuestro core y ser uno mismo con nuestra esencia.

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Asesoramiento Psicológico, Psicoterapia Individual y para parejas

Asesoramiento Psicológico, Psicoterapia Individual y para parejas

Consulta Psicológica

Consulta Psicológica
Es el asesoramiento psicológico para la prevención y atención de los conflictos de la vida cotidiana, así como problemas relacionados con crisis personales y existenciales. Incluye diagnóstico, plan de intervención y atención de patologías como pánico, ansiedad generalizada, estrés postraumático, celopatía, miedos, angustia, etc.,

Terapia de Parejas

Terapia de Parejas
Es el abordaje psicológico a través de técnicas y procedimientos sobre la "dinámica de la pareja" a fin de disminuir los conflictos, incrementar la calidad de la comunicación, desde el respeto y la aceptación de las diferencias individuales

Terapia Psicocorporal

Terapia Psicocorporal
La Psicoterapia Corporal es un tipo de terapia que utiliza de manera sistemática y específica métodos psicoterapéuticos y técnicas corporales, como la respiración, el trabajo con la postura, el movimiento y la manipulación directa en el cuerpo para activar la expresión emocional adecuada, la disminución de síntomas psicosomáticos y el alivio del sufrimiento; propiciando la ampliación de la conciencia individual y grupal, en un marco profesional de ética, límites claros, apertura, respeto, comunicación y compromiso mutuo. Sesiones de una hora de duración una vez por semana.

Terapia Gestalt

Terapia Gestalt
La Terapia Gestalt es algo más que una simple psicoterapia, se presenta como una verdadera filosofía existencial, un "arte de vivir", una manera particular de concebir las relaciones del ser humano con el mundo. La Gestalt se sitúa en la encrucijada entre el psicoanálisis, las terapias psicocorporales de inspiración reichiana, el psicodrama, el sueño dirigido, los grupos de encuentro, los enfoques fenomenológicos existenciales y las filosofías orientales. Pone el acento sobre la toma de conciencia de la experiencia actual ("el aquí y el ahora", que engloba el resurgimiento de una vivencia pasada) y rehabilita el sentimiento emocional y corporal, generalmente censurado en la cultura occidental. La Terapia Gestalt desarrolla una perspectiva unificadora del ser humano, integrando a la vez, sus dimensiones sensoriales, afectivas, intelectuales, sociales y espirituales, permitiendo una experiencia global donde la vivencia corporal puede traducirse a palabras y la palabra pueda ser vivida corporalmente. Favorece un contacto auténtico con los otros y con uno mismo. La Terapia Gestalt no sólo tiene como objetivo simplemente explicar los orígenes de nuestras dificultades sino experimentar y "experienciar" los indicios de las soluciones nuevas: a la búsqueda dolorosa y, generalmente, evitativa del 'saber por qué', ofrece la alternativa del 'sentir cómo', dando paso así a un proceso de movilización que favorece el cambio. Sesiones de Una hora de duración una vez por semana.

Contacto

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En caso de no poderle atender por estar con pacientes enviame un mensaje de texto y en la brevedad le respondo. Para solicitar cita recuerde LLAMAR SOLO EN HORARIO DE OFICINA (LUNES A SABADO ) y con agenda en mano le indico la disponibilidad para que realice su reservación. Quedo a tus ordenes!!

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